ARQUIDICESIS
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La Voz Catlica septiembre de 2020
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Arquidicesis de Miami
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LA VOZ CATLICA Is a monthly newspaper of the Archdiocese of Miami, 9401 Biscayne Blvd. Miami, FL 33138. 2013 La Voz Catlica - Emmanuel Publisher, Inc
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El martes 3 de noviembre es el da de las elecciones (aunque muchos de nosotros ya habremos votado por correo o en un lugar de votacin anticipada). Como catlicos, consideramos la responsabilidad ciudadana como una virtud y, por lo tanto, la participacin en el proceso poltico no es solo un derecho, sino tambin un deber. Y as, como catlicos y como ciudadanos estadounidenses, debemos ejercer el derecho y el deber de nuestra ciudadana votando. Adems de varias contiendas estatales y locales, esta eleccin decidir quines sern presidente y vicepresidente durante los prximos cuatro aos, y quin nos representar a nuestro distrito congresional en la Cmara de Representantes durante los prximos dos aos. Nuestra Iglesia, con razn, no les dice a los eles que voten por ningn candidato o partido. La Iglesia Catlica no es, ni quiere ser, una agencia poltica o un grupo de inters especial. Sin embargo, tiene un profundo inters, y con razn, en el bien de la comunidad poltica, cuya alma es la justicia. Por esta razn, la Iglesia se involucra en una amplia variedad de temas de poltica pblica, incluida la defensa de la vida por nacer, la libertad religiosa y el matrimonio como la unin de un hombre y una mujer, as como la defensa de temas relacionados con la inmigracin, la educacin, la pobreza y el racismo, junto con muchos otros. La Conferencia de Obispos Catlicos de los Estados Unidos y, a nivel estatal, nuestra Conferencia Catlica de la Florida, buscan educar a los catlicos y a otras personas de buena voluntad para que nuestras decisiones electorales, basadas en una conciencia informada, sean coherentes con nuestra fe. Al hacerlo, la Iglesia ofrece un marco moral especco que debe guiar al votante en la toma de decisiones prudenciales sobre quines son los mejores candidatos o, como lamentablemente sucede con demasiada frecuencia, quines son los candidatos menos malos. Este marco moral, anclado en las Escrituras y expresado en la enseanza de la Iglesia, ms que una mera aliacin a un partido o inters propio, debe guiar al catlico serio a examinar a los candidatos en una amplia gama de temas, as como en su integridad personal, losofa y rendimiento. De esta manera, nuestro voto ser un ejercicio tanto de ciudadana responsable como el . Para los catlicos, la defensa de la vida y la dignidad humanas no es una causa estrecha, sino una forma de vida. Como dice el Papa Francisco, la vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se basa en el reconocimiento del primer derecho fundamental, el derecho a la vida, que no est sujeto a ninguna condicin de carcter cualitativo, econmico y, ciertamente, no de naturaleza ideolgica. Por esta razn, ningn catlico debera votar por un programa poltico o una ley con la intencin de contradecir los principios fundamentales de nuestra fe. Un votante que votara por un candidato precisamente porque l o ella estn a favor del aborto, ciertamente sera culpable de pecado, objetivamente hablando. Alguien puede llegar a una decisin prudencial de votar por un candidato por otras razones, aunque su historial sea de apoyo a la matanza de bebs por nacer o a la eutanasia legalizada. Pero tal decisin tendra que sopesarse con mucho cuidado, dada la cooperacin maniesta del candidato en el mal (la habilitacin del aborto). La estridencia y la polarizacin de la poltica en Estados Unidos hoy en da pueden ser desalentadoras. Necesitamos un nuevo tipo de poltica, que se centre en los principios morales, no en las encuestas; en las necesidades de los vulnerables, no en las contribuciones de los poderosos; y en la bsqueda del bien comn, no de las exigencias de intereses especiales. Muy pocos candidatos comparten una preocupacin constante por la vida y la dignidad humanas. Y muy pocos ciudadanos responsabilizan a los funcionarios electos al ejercer su derecho al voto. Todo esto muestra que, como catlicos, deberamos estar ms -y no menos- comprometidos con la vida poltica. Todos estamos llamados a convertirnos en participantes informados, activos y responsables en el proceso poltico, y a hacerlo uniendo, de manera coherente y consistente, nuestra fe, nuestras convicciones morales y nuestras responsabilidades en la plaza pblica. Los catlicos en la vida pblica, ya sean demcratas o republicanos, deben actuar con seriedad y responsabilidad en muchas cuestiones morales importantes. Nuestra fe tiene una unidad integral que llama a los catlicos a defender la vida y la dignidad humanas siempre que se vean amenazadas. La prioridad para los pobres, la proteccin de la vida familiar, la bsqueda de la justicia y la promocin de la paz, son prioridades fundamentales de la tradicin moral catlica, que no se pueden ignorar ni descuidar. Sin embargo, el aborto es una grave violacin del derecho humano ms fundamental: el derecho a la vida, que es inherente a todos los seres humanos y que fundamenta todos los dems derechos que poseemos. Que algunos catlicos en la vida pblica promuevan posiciones sobre la vida humana que no son coherentes con su fe catlica, es un escndalo y, si bien pueden armar que son catlicos practicantes, es obvio que necesitan practicar mucho ms, hasta hacerlo bien.
Arzobispo Thomas Wenski
Ana Rodrguez-Soto Editora ejecutiva de LVC y editora del Florida Catholic de Miami MIAMI El P. Sergio Cabrera no quera ser confundido con otro sacerdote cuba- no llamado Padre Sergio: Ese sera el P. Sergio Carrillo, que era quizs ms famoso por ser un veterano de la Baha de Cochi- nos. Recuerda, soy el que ama la pera y no los bongs, le dira al P. Fernando Hera, entonces prroco de la iglesia St. Brendan, en Westchester. Los dos trabajaron juntos en la parroquia 12 de los 14 aos que el P. Hera fue prro- co all. Ahora es el rector de la Ermita de la Caridad, en Miami. Era divertido a su manera. Un hombre de pocas palabras. Siempre fue muy conci- so, record el P. Hera. El P. Cabrera muri el 8 de septiembre de 2020, a la edad de 86 aos, de demen- cia y otras dolencias o, como dijo el P. Hera, arterioesclerosis, como diran en cubano. Fue sacerdote por 47 aos y viva en St. Brendan desde su retiro en julio de 2008. Era muy tranquilo, con los pies en la tierra. Era excelente con los nios de la escuela primaria en las confesiones. Lo adoraban, dijo el P. Hera. Dijo adems que al P. Cabrera le encantaba leer y tena probablemente la mayor coleccin de libros que cualquier sacerdote que conociera. Tambin le gustaba dar paseos alrededor de St. Brendan. Y aunque era muy reser- vado, dijo el P. Hera, le encantaba ir a La Carreta, en Bird Road y la 86 Avenida. Todo el mundo lo conoca all. El P. Cabrera naci el 12 de diciembre de 1933 en La Habana, obtuvo una
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El sacerdote cubano sirvi en las parroquias St. Brendan, St. Raymond, St. Cecilia y Good Shepherd
P. Sergio Cabrera
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